Este jueves será Thanksgiving en Estados Unidos. Una de las fiestas más emblemáticas, cuestionables, comentadas, discutidas y ridiculizadas de ese país. Después de pasar durante ocho años estas fechas en DC, voy a extrañar como pocas cosas de aquel país esta semana de escribir ensayos encafeínados, experimentar con recetas tradicionales americanas, y de celebrar especialmente inicios y aniversarios personales. Como no nos gusta mucho el pavo--y las salsas de frutos rojos, algunas exquisitas, sólo hacen sentido en realidad con pavo o puerco--, el menú tendió siempre a ser heterodoxo; algún filete braseado en salsa de vino, algunas costillas de cordero.
Lo que sí hemos disfrutado son las recetas de acompañamientos. Desde el kitsch insuperable de las horribles y encantadoras recetas de la posguerra --cuando la cultura americana pensaba erradicar el tiempo “perdido“ en la cocina con latas y polvos desarrollados en laboratorios para soldados con miedo, hambre y morriña-- como las “caserolas“ de chauchas/judías con crema de champiñones Campbells (Green been casserole, por supuesto, se han desarrollado recetas más decentes, aunque igualmente típicas); hasta las deliciosas y menos conocidas recetas de los pueblos originarios norteamericanos, como el Succotash.
Este año, pues, no creo que cocinemos, mucho trabajo, muchas opciones y no demasiadas facilidades. Parece que hay un sitio en Palermo, el Kansas, que tiene un menú de Thanksgiving para aquellos expatriados, aunque nunca hemos estado. En cualquier caso, es poco probable que probemos. Tenemos un aniversario que festejar, que más probablemente nos lleve a algún restaurante más apropiado para una cena romántica y, esperemos, ambiciosa o a algún recoveco de la arena y el agua.
All recipes y FoodNetwork tienen buenas introducciones al fascinante y horrífico mundo de la cocina de Acción de Gracias. Algunas de las mejores recetas las hemos sacado simplemente del NYT, en particular recuerdo unas coles de bruselas inesperadamente deliciosas.
PD. También a nosotros sólo la tentación nos vence. Naturalmente, escribir esta entrada no sólo generó el incentivo sino incluso el menú: Pavo braseado (¿existe ese término?), papas andinas con higos secos y tomillo, coles de bruselas (si encuentro) guisadas. Por supuesto, algún buen Malbec (good enough 4 turkey, quizá Ricardo Santos), café de Kenya, agua con gas, pan de L Epi (entrada pendiente) (y, un pay de nuez y chocolate is still toying with my head).
Lo que sí hemos disfrutado son las recetas de acompañamientos. Desde el kitsch insuperable de las horribles y encantadoras recetas de la posguerra --cuando la cultura americana pensaba erradicar el tiempo “perdido“ en la cocina con latas y polvos desarrollados en laboratorios para soldados con miedo, hambre y morriña-- como las “caserolas“ de chauchas/judías con crema de champiñones Campbells (Green been casserole, por supuesto, se han desarrollado recetas más decentes, aunque igualmente típicas); hasta las deliciosas y menos conocidas recetas de los pueblos originarios norteamericanos, como el Succotash.
Este año, pues, no creo que cocinemos, mucho trabajo, muchas opciones y no demasiadas facilidades. Parece que hay un sitio en Palermo, el Kansas, que tiene un menú de Thanksgiving para aquellos expatriados, aunque nunca hemos estado. En cualquier caso, es poco probable que probemos. Tenemos un aniversario que festejar, que más probablemente nos lleve a algún restaurante más apropiado para una cena romántica y, esperemos, ambiciosa o a algún recoveco de la arena y el agua.
All recipes y FoodNetwork tienen buenas introducciones al fascinante y horrífico mundo de la cocina de Acción de Gracias. Algunas de las mejores recetas las hemos sacado simplemente del NYT, en particular recuerdo unas coles de bruselas inesperadamente deliciosas.
PD. También a nosotros sólo la tentación nos vence. Naturalmente, escribir esta entrada no sólo generó el incentivo sino incluso el menú: Pavo braseado (¿existe ese término?), papas andinas con higos secos y tomillo, coles de bruselas (si encuentro) guisadas. Por supuesto, algún buen Malbec (good enough 4 turkey, quizá Ricardo Santos), café de Kenya, agua con gas, pan de L Epi (entrada pendiente) (y, un pay de nuez y chocolate is still toying with my head).
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